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Belgrano y Güemes: una amistad forjada al calor de las luchas por la independencia

En el aniversario de la muerte del creador de la bandera argentina, hacemos un repaso por la amistad que unió a dos pilares clave en la Guerra de Independencia.

En este mes de junio se conmemoran los aniversarios de fallecimiento de dos héroes de la Guerra de la Independencia de nuestro país. Nos referimos a Martín Miguel de Güemes, salteño, fallecido el 17 de junio de 1821 y Manuel Belgrano, porteño, fallecido el 20 de junio de 1820. A pesar de sus diferentes orígenes; uno caudillo, miembro de la aristocracia salteña y militar de carrera y el otro abogado, entre otras cosas, que forjó su formación militar en los campos de batalla, el destino quiso que coincidieran en una época en donde eran precisos hombres de valor y patriotismo que estuvieran al servicio de la gesta patriótica de la independencia de la naciente nación Argentina.

Asimismo, ambos héroes se lograron ganar el respeto y la amistad del Gral. José de San Martín, quien valoraba en Güemes a un hombre carismático que, junto a sus gauchos, y desplegando una guerra de guerrillas (o guerra de recursos) podía serle de gran utilidad a la hora de contener cualquier intento de avance realista desde el Perú, por el actual noroeste argentino. Y con respecto a Belgrano, San Martín llegó a afirmar de él que “era de lo mejor que hemos tenido en la América del Sud” dada su amplia formación intelectual, su conocimiento geográfico de la región del noroeste, y de la idiosincrasia y la religiosidad de sus habitantes. Entre los años 1817 y 1818 vemos a los generales Güemes y Belgrano trabajando de acuerdo al Plan Continental del Gral. San Martín, para liberar Chile y Perú. 

En este contexto es que Güemes y Belgrano se conocieron, primeramente por vía epistolar; dado que Belgrano fue enviado al Alto Perú al mando del Ejercito Auxiliar del Norte con la misión de sumar esa región al movimiento iniciado por los revolucionarios de Buenos Aires en 1810; y luego personalmente en una entrevista que tuvieron en la provincia de Salta hacia junio de 1817.

BELGRANO CONSIDERÓ A GÜEMES EN UNA CARTA COMO SU “PAISANO Y AMIGO”.

Inicialmente Belgrano y Güemes estuvieron distanciados a causa de una denuncia que hicieron contra su persona algunos habitantes pro realistas de Santiago del Estero, región en donde Güemes se hallaba reclutando tropas, Éste era acusado de llevar allí una vida licenciosa. Ante la denuncia Belgrano, siguiendo malos consejos, sancionó al salteño ordenando su traslado a Buenos Aires sin darle explicaciones ni posibilidad de poder defenderse ante las injustas acusaciones. No obstante, algún tiempo después, se reanudó la correspondencia entre ambos y en ella Belgrano no sólo reconoció el error que había cometido con Güemes, sino que lo considerará, en una carta, como su “paisano y amigo”.

Y es que la amistad que se forjó entre Manuel Belgrano y Martín Miguel de Güemes, a pesar del incidente narrado, fue sincera y real: Belgrano valoraba la labor de Güemes y sus Infernales en el Norte y, simultáneamente, Güemes le ofrecía a Belgrano su amistad sincera y el acatamiento a su autoridad. Asimismo, el Gral. San Martín saludó esta amistad, denominándola “una feliz coincidencia”, que contribuiría, de manera decisiva, a la declaración de independencia hecha en 1816 por el Congreso de Tucumán.

Con respecto al ocaso de ambos héroes de la Patria, debemos señalar que Belgrano, quien nació en cuna de oro, falleció en la mayor pobreza el 20 de junio de 1820 a los 50 años. A su funeral sólo asistieron unos pocos amigos y parientes, siendo solamente publicado por el “Despertador teofilantrópico” de Buenos Aires, el cual señalaba que el creador de nuestra enseña patria había tenido “un triste funeral, pobre y sombrío”. En el caso de Güemes, su fin se produjo a causa de una emboscada en la que participaron enemigos realistas salteños. Güemes intentó escapar de sus enemigos, pero en la fuga fue herido de bala, el 7 de junio, y tras una larga agonía, a causa de que la herida no dejaba de sangrar, dado que Güemes (según algunos autores) era hemofílico, finalmente falleció diez días después, el 17 de junio de 1821, a los 36 años de edad en la localidad salteña de Cañada de la Horqueta.

Concluyendo este breve artículo, consideramos que es fundamental que las generaciones futuras de nuestra Patria aprendan de estos dos ejemplos de entrega y compromiso incondicional con los ideales que forjaron, durante la Guerra de Independencia, el futuro de nuestra Nación Argentina. (mdzol.com)

*Pablo Andrés Escribano y María Ámali Mashad son profesores de historia, egresados de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo.

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