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Murió Toti Ciliberto: un ícono del humor argentino

El actor y humorista falleció a los 63 años tras una descompensación. Amigos y colegas lo despidieron con profundo dolor. “Volá alto, hermano”, escribió Larry de Clay. Había luchado contra las adicciones y forjó una carrera marcada por el esfuerzo, la risa y la resiliencia. 

El mundo del espectáculo está de luto. En la madrugada de hoy se conoció la noticia de la muerte de Salvador Maximino “Toti” Ciliberto, actor y humorista recordado por su trabajo en Videomatch y Showmatch. Tenía 63 años.


El primero en compartir públicamente el dolor fue su amigo y compañero Larry de Clay, quien escribió en redes: “No tengo consuelo. Volá, alto hermano. Te vamos a extrañar toda la vida”. Poco después, Pachu Peña, otro histórico del humor televisivo, sumó: “Descansá en paz, Toty querido. Qué tristeza”.

En diálogo con TN, Larry de Clay visiblemente conmovido, contó los momentos previos a la muerte de su colega: “Estamos todos destrozados. Hace un día y medio que veníamos hablando con su pareja y su hijo. Ayer a la noche se descompensó, lo internaron de urgencia. A la tarde parecía que mejoraba, pero en la madrugada entró en paro”.

La relación entre Larry y Toti iba más allá del trabajo. “Era mi hermano, el mejor amigo de todos”, confesó entre lágrimas.


Una vida marcada por la risa y la lucha
Ciliberto había hablado públicamente de sus batallas personales. En una entrevista brindada en septiembre de 2024, abrió su corazón: “Tuve que hacer humor en momentos muy difíciles, incluso cuando mi madre estaba muriendo. Fue una etapa compleja para mí”, confesó.

Durante años luchó contra la adicción a la cocaína y, más adelante, también contra la adicción a la comida, que lo llevó a someterse a un estricto tratamiento para bajar de peso: logró perder 25 kilos. “Se me acercaron muchos compañeros de trabajo, mi jefe… Sentí mucha contención, pero era muy difícil manejar la situación”, relató entonces.


 

El origen de su humor
Su vínculo con la comedia nació en un contexto adverso. Cuando era adolescente, el bullying por el acné lo llevó a reírse de sí mismo para desarmar las burlas. Lo que comenzó como un escudo se transformó en su identidad artística.

Ejercía como profesor de Educación Física en San Martín cuando decidió estudiar teatro en el mítico Parakultural. La oportunidad de su vida llegó en 1992, cuando Telefe convocó a un casting: fue seleccionado para integrar Videomatch, y desde entonces se ganó un lugar en el corazón del público.

Uno de sus personajes más recordados fue el Gaucho Martín Fierro, con el que brilló en los sketches del programa que conducía Marcelo Tinelli. Luego, condujo Adivina Adivinador (1997) y participó en ciclos como Esta noche con Moria Casán (2011) y La peluquería de Don Mateo (2013).

También dejó su huella en el cine, con roles en películas como Vivir intentando (2003), Brigada explosiva: misión pirata (2007), Cuatro de copas (2012) y Los bastardos (2023).

El legado de un tipo querible
Más allá de los personajes, Toti Ciliberto fue querido por sus colegas por su humildad, compañerismo y entrega. Su historia es la de un hombre que supo transformar el dolor en humor, y la adversidad en fuerza para seguir adelante.

Hoy, sus amigos, compañeros de ruta y el público que lo acompañó durante décadas lo despiden con cariño y gratitud. Porque como escribió Larry, “te vamos a extrañar toda la vida”.

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