En su primera homilía como líder de la Iglesia católica, el papa León XIV, nacido como Robert Francis Prevost, hizo un fuerte llamado a la unidad y lanzó una advertencia contundente sobre la crisis de fe que enfrenta el mundo. El sumo pontífice, primer papa estadounidense en la historia, presidió su primera misa en la Capilla Sixtina este viernes, rodeado de los 132 cardenales que participaron en el cónclave que lo eligió.

“Me llamaron para llevar una cruz y para ser bendecido con esta misión, y quiero que ustedes caminen conmigo porque somos Iglesia, una comunidad que debe anunciar la Buena Nueva”, expresó León XIV en inglés, dirigiéndose directamente a los cardenales.

El papa aprovechó su primera homilía para denunciar que, en muchos contextos, la fe cristiana ha sido desplazada por “el dinero, el poder o el placer”, señalando que la fe es vista como algo “para personas débiles y poco inteligentes”. Además, lamentó que incluso dentro del propio cristianismo haya quienes reduzcan la figura de Jesús a la de un simple “líder carismático o a un superhombre”, en lo que pareció un mensaje dirigido a ciertos movimientos cristianos evangélicos.

“No faltan tampoco los contextos en los que Jesús, aunque apreciado como hombre, es reducido solamente a una especie de líder carismático o a un superhombre. Y esto no sólo entre los no creyentes, sino incluso entre muchos bautizados, que de ese modo terminan viviendo, en este ámbito, un ateísmo de hecho”, afirmó.

León XIV también hizo un llamado a que la Iglesia católica sea un “faro que ilumina las noches del mundo”, destacando la necesidad de construir puentes y dialogar sin miedo. Antes de la misa, el nuevo pontífice compartió una cena con los cardenales, gesto que reforzó su mensaje de unidad.

El papa León XIV, quien asumió el liderazgo tras un cónclave que se desarrolló más rápido de lo esperado, se enfrenta al desafío de guiar a la Iglesia en un mundo cada vez más secularizado, marcado por profundas divisiones y crisis de valores.